domingo, 5 de enero de 2014

20

Una vez más, se había perdido viendo a través del cristal. Del otro lado, su amor le devolvía la mirada. Fue poco lo que tardó en darse cuenta de que le sonreía, y no pudo evitar hacer lo mismo. Pronto, su sonrisa se convirtió en deseo; deseo de ella. Decidido a tenerle, esta vez sí movería el cristal que les separaba.
Cuando sus manos tocaron el cristal, supo que las de ella también lo hacían de su lado. Antes de quitar el cristal, disfrutaron del último momento; el último momento en que no se tendrían.

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