A veces, hay personas con las que sólo te topas por casualidad. A veces, hay miradas devueltas: segundos de personas viéndose mutuamente, para luego perderse, y quizá nunca más verse. Pero también, otras veces, hay personas que tienen la oportunidad de verse muchas más veces. Fuera de un encuentro común, coincidencias en horas y lugares, o quizás también motivos. A veces estas miradas se encuentran, fugaces; a veces, una sonrisa acompaña estas miradas aparentemente perdidas, pero con un destino profundamente marcado. Quizá sea casualidad tan sólo.
Quizá no sean sólo miradas.
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